Encomendémonos a la Sangre redentora de Cristo con confianza y entrega, sabiendo que en ella encontraremos la fuerza y el aprecio que necesitamos para seguir Delante en nuestra excursión espiritual. ¡Amén!Es Dios, que no se separa de sí al hacerse hijo, sino que es hijo sin dejar de ser Altísimo; divinidad que es inseparable del Hijo donde no